Reciclaje Químico

El reciclado químico de los plásticos tiene lugar mediante la despolimerización de los residuos plásticos, a partir de la cual se puede obtener un nuevo material con características idénticas al material virgen. Un proceso avanzado que puede repetirse varias veces sin afectar a la calidad del producto acabado y que, además, puede obtenerse a partir de residuos que suelen ser muy difíciles de reciclar. El resultado es un PET certificado para el contacto con alimentos según la UE y la FDA, y validado también por la Farmacopea Europea.

Una solución para:

Conservar las mismas propiedades que el PET virgen

Utilizar residuos que suelen ser difíciles de reciclar

Utilizar residuos que suelen ser difíciles de reciclar

Cómo funciona

En comparación con el proceso mecánico, el reciclado químico permite recuperar todo tipo de residuos de PET, es decir, no solo las botellas de agua, sino también las procedentes del mundo de los detergentes, los textiles, los cosméticos, etc. Tras la recogida, este material se trata en centros de recogida especializados. Aquí, mediante procesos de trituración y lavado, se prepara para la despolimerización. De hecho, la cadena polimérica del producto plástico se descompone químicamente y vuelve a los monómeros de partida. Estos se polimerizan de nuevo, dando lugar a un nuevo PET que puede utilizarse para fabricar productos con características químicas y físicas idénticas a las del material virgen.